El domingo se llevaron a cabo operativos de inmigración en varias ciudades, lo que marca lo que el presidente Donald Trump ha llamado el comienzo de una era de deportaciones masivas que se dirigirían principalmente a inmigrantes con antecedentes penales, pero en la que persisten las preocupaciones de que también se detenga a inmigrantes sin récord criminal.
El zar fronterizo de Trump, Tom Homan, dijo a NBC News el domingo que se detuvo a varias personas condenadas por delitos graves, incluidos asesinatos y delitos sexuales. Agregó que se producirían arrestos colaterales (detenciones de personas sin condenas penales que estuvieron presentes durante las redadas).
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) dijo en un comunicado el domingo que sus operaciones tienen como objetivo “hacer cumplir la ley de inmigración de Estados Unidos y preservar la seguridad pública y la seguridad nacional al mantener a los extranjeros criminales potencialmente peligrosos fuera de nuestras comunidades”.
La agencia dijo más tarde que el ICE realizó 956 arrestos el domingo, la mayor cantidad en un solo día hasta la fecha por parte del gobierno de Trump. Desde que Trump asumió el cargo el lunes, el ICE ha realizado al menos 2,681 arrestos. No estaba claro cuántos de los arrestados tenían antecedentes penales o condenas.