Maduro pasó de ser un personaje secundario cuando Hugo Chávez estaba al mando de Venezuela a gobernar el país, en sus propias palabras, con mano de hierro. Ahora en un nuevo mandato, que logró en medio de una controversial elección, afronta una nueva etapa en la que tendrá que lidiar con las dificultades económicas y con el malestar de un sector de la población que buscaba un cambio en el poder.
Deberá seguir batallando, al igual que tuvo que hacer en la última década, con los cuestionamientos de la oposición y de parte de la comunidad internacional que no reconoce su victoria, ante sus promesas estabilidad social en Venezuela.