Aún con permisos aprobados o residencia permanente, muchos inmigrantes en Estados Unidos aseguran sentirse como presos en un país que promueve la libertad.
Y es que el temor a no poder entrar al país tras un viaje o incluso ser detenidos dentro del territorio nacional, ha llevado a cientos de familias a cancelar vuelos, evitar traslados por carretera e incluso renunciar a oportunidades laborales o personales.
“No hay información clara, solo miedo”, asegura Yohana Peralta quien escucha la preocupación a diario en su negocio. “Aun teniendo quizá un estatus migratorio no tan difícil, realmente no me siento cómoda para viajar”, comentó.
“La gente está nerviosa, solo hay rumores. Ya hemos visto casos de personas que salieron… y no pudieron volver”.
El temor no es infundado. Abogados de inmigración confirman que las políticas actuales han incrementado el riesgo para inmigrantes, incluso aquellos que llevan años cumpliendo con sus procesos legales.