Después de que el presidente Joe Biden dio a conocer un nuevo programa que abriría una vía para que cónyuges inmigrantes tuvieran acceso a la ciudadanía estadounidense, Oscar Silva no tardó en presentar su solicitud, y el lunes no podía ocultar su felicidad cuando recibió un email en el que se le confirmaba su cita para un examen biométrico obligatorio.
Pero horas más tarde, la felicidad de Silva desapareció: un juez federal de Texas suspendió temporalmente la medida que podría beneficiar a unos 500.000 inmigrantes que ya se encuentran en Estados Unidos, congelando una de las acciones presidenciales más significativas para otorgar acceso a la naturalización en varios años.
“No sé qué va a pasar”, dijo Silva el martes. El estudiante universitario de 23 años llegó a Estados Unidos siendo un bebé y vive en Texas con su esposa, Natalie, una ciudadana estadounidense y maestra de escuela secundaria que es la proveedora de la familia.
A pesar de que el programa “Manteniendo a las Familias Unidas” que presentó el gobierno federal apenas comenzó a aceptar solicitudes la semana pasada, familias y abogados de inmigración afirman que ya se vive un estado de confusión, incertidumbre y frustración tras la orden del juez de distrito J. Campbell Barker. Las parejas que ya presentaron su solicitud están en el limbo, y las que no lo han hecho deben sopesar la posibilidad de esperar a que se desarrolle el proceso jurídico en la impugnación que interpusieron los republicanos.