Una década después de que un estudio histórico demostrara que alimentar a los bebés con productos de maní podría prevenir el desarrollo de alergias potencialmente mortales, una nueva investigación reveló que el cambio ha tenido un gran impacto en el mundo real.
Aproximadamente 60.000 niños han evitado desarrollar alergias al maní después de que las directrices emitidas por primera vez en 2015 revolucionaran la práctica médica al recomendar la introducción del alérgeno a los bebés a partir de los cuatro meses.
“Es algo notable, ¿verdad?” afirmó el doctor David Hill, alergólogo e investigador del Hospital Infantil de Filadelfia, y autor de un estudio publicado el lunes en la revista médica Pediatrics. Hill y sus colegas analizaron registros electrónicos de salud de docenas de prácticas pediátricas para rastrear los diagnósticos de alergias alimentarias en niños pequeños antes, durante y después de que se emitieran las directrices.
“Hoy puedo decirles que hay menos niños con alergias alimentarias de los que habría habido si no hubiéramos implementado este esfuerzo de salud pública”, añadió.