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Dueño de motel de Colorado pasó 30 años espiando a sus huéspedes “por investigación”

Gerald Foos, era propietario de un motel en Colorado y confesó que durante más de veinte años observó a miles de personas haciendo el dulce amor teniendo relaciones sexuales en sus habitaciones, todo con el apoyo de sus esposas.

Pero no crean que Foos lo hizo por pervertido, todo se trataba de una investigación. En 1980 el dueño del motel se puso en contacto con el reconocido periodista norteamericano Gay Talese, a quien por medio de una carta le contó sobre su secreto: “Durante los últimos 15 años he sido testigo de primera mano del sexo, he observado y estudiado la relación espontánea entre las parejas”.

Después de ponerse en contacto con el hombre y escuchar sus historias, Talese se inspiró para escribir el libro “Thy neighbor’s wife“, que habla sobre las costumbres sexuales de los norteamericanos. Ahora el reportero del New Yorker está próximo a publicar un libro titulado “The Voyeur’s Motel“, en el que contará la vida secreta y la fascinación de Foos por observar la vida de otros.

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Gerald Foos compró el motel de 21 habitaciones con el apoyo de su primer esposa, Donna, quien le ayudó a hacer los agujeros en los techos de las habitaciones para poder espiar a sus huéspedes, también lo ayudó a cubrir estos pequeños hoyos con láminas de aluminio para que pareciera un ventilador.

En 1973 Foos creó un reporte en el que trataba de calificar las tendencias sociales en el sexo. Este reporte estaba basado en 296 actos sexuales que había presenciado, de acuerdo con este documento el hombre presenció 184 orgasmos masculinos y 33 femeninos, también resaltaba que la posición favorita de las parejas norteamericanas era la del misionero.

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La primera esposa de Foos murió en 1985 y más tarde se volvió a casar con una mujer llamada Anita Clarck, con quien compartía la afición por observar a las personas. El periodista visitó el motel de Foos y observó a los huéspedes con ellos.

También compartió con él las notas de todo lo que había observado, pues no solo se trataba de sexo, según estos registros el dueño del motel fue testigo de un asesinato y venta de drogas.

A lo largo de los años Talese y Foos perdieron contacto, pero en 2012 se volvieron a reunir. Para 2013 Foos le dijo a Talese que estaba listo para hacer pública su historia, a pesar de que ya no era dueño del motel desde 1995. Foos recalcó que no quería ser visto como un pervertido sino como un “investigador sexual y observador social”.

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